“Si tuviera que explicar lo que hago te lo resumiría de la siguiente manera: analizo y estudio todas las circunstancias posibles que se deben evitar para que una provincia entera se quede sin energía eléctrica”. Esa responsabilidad la asume el doctor Ricardo Galarza, un correntino de 59 años oriundo de la localidad de Santa Lucía, que desde hace 10 años asesora al Gobierno de Nueva York en todo lo referente al Sistema Interconectado de ese Estado.
La historia del ingeniero Galarza, uno de los primeros doctores en Ingeniería que tuvo el país, tiene como punto académico más alto el haberse graduado en el Instituto Politécnico Rensselaer (RPI), uno de los diez centros de especialización en Ingeniería más prestigiosos que tiene Estados Unidos.
Previo a ese paso, Galarza se recibió de Ingeniero Electricista en la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales y Agrimensura de la UNNE a los 23 años en el año 1985. Junto a su hermano mellizo Daniel desarrollan una carrera sin sobresaltos y con el objetivo claro de cumplir con la aspiración de sus padres de completar sus estudios universitarios.
A principios de la década del 90, después de enviar infinidad de solicitudes de admisión a Universidades norteamericanas, es admitido en el RPI “lo que fue tocar el cielo con las manos”. La opción de Estados Unidos tenía un motivo justificado: su futura esposa Jessie Block (médica recibida en la UNNE) volvería a su país de origen para especializarse en Endocrinología.
Desde 1991 a 1996 Galarza se formó en lo que considera es la meca de la ingeniería. El Doctorado en Sistemas Eléctricos de Potencia lo llevó a codearse con un plantel de docentes e investigadores de primer nivel, “para los que nos gusta el área de estudio era como estar en Disney, tenía de profesores a los autores de los libros que estudiábamos en la Facultad, no lo podía creer”.
De todos ellos, rememora una anécdota con una leyenda y profesor de la primera materia del Doctorado, Herman Hesse (igual que el escritor). “Era tradicional que el primer examen de Análisis de Sistema Eléctrico de Potencia I fuera corregido inmediatamente una vez entregado. La corrección era pública, de manera tal que se socializaban los errores y consecuentemente la nota obtenida. La jornada finalizaba con una ronda de cerveza entre docente y estudiantes. Cuando me corrige Hesse el examen, me apoda “El fantasma de la Opera” y se mostró sorprendido por mi trabajo y me instó delante de todos a que siguiera por ese camino. Ya en el bar, Hesse me invita una cerveza y me explica el motivo de mi sobrenombre, no sé de dónde venís, ni en qué universidad te formaste, pero debe ser de una muy buena por lo que vi de tu trabajo”.
Los cinco años en el RPI fueron sumamente intensos, y según el doctor Galarza los pudo transcurrir gracias a dos motivaciones, “mi sueño personal de estudiar en el exterior y la responsabilidad que asumí de representar como corresponde a mi familia, a mi provincia y a mi Universidad”.
“Durante todo ese tiempo no me tomé un día libre, le dediqué muchas horas al estudio, no miré un partido de fútbol en 4 años, me cargaba solo repitiéndome “cómo te gusta sufrir!! Pero alcancé mi objetivo”.
Ya en el último año del Doctorado (al que accede gracias a una beca producto de una investigación), es propuesto por uno de sus profesores para ser incorporado a una de las consultorías más importante del mundo en ese momento, Power Technology PTI. “La entrevista me la realizó un inglés durante un almuerzo, al que le caí muy bien gracias a mi sinceridad. Uno se predispone en esos casos a decir que sabe todo de todo, pero mi limité a dar mi opinión sobre lo que conocía”.
Ya como miembro de Power Technology PTI realizó trabajos en Arabia Saudita, Taiwan, Portugal, Canadá, América Central y hasta en Yacyeretá.
Transcurrido unos años, le ofrecen un nuevo desafío, sentar las bases para la conformación del Mercado Eléctrico de Nueva York. Una suerte de CAMMESA de Argentina que se encargaría de administrar el mercado mayorista de energía. Ese emprendimiento requería de un profesional del perfil de Galarza, ya que el grupo que se estaba conformando estaba integrado por economistas.
“Se establece un grupo final de seis profesionales que sientan las bases del Despacho de Carga del Sistema Eléctrico de Nueva York (NYSO). Gracias a mi conocimiento de cómo funcionaba el sistema, me proponen diseñar un simulador para el mercado eléctrico. Era todo nuevo, no existía en todo Estados Unidos un simulador de mercado que incorporara variables de ingeniería. Afortunadamente pudimos lograrlo, y muchas de las variables que adoptamos son tomadas por los simuladores actuales para que no haya manipulación del mercado”.
“Mi tarea es explicar a una comisión integrada por ingenieros y abogados, una serie de temas: cuál es la mejor manera de hacer la expansión del sistema de transmisión; la implementación de la transición hacia las energías renovables, o los estándares a tener en cuenta para interconectar por ejemplo un parque eólico a la red”.
“De forma reducida puedo decir que mi función es enviar ideas sobre el futuro en base al presente. Me baso en cálculos y utilizo un software que me permite tener una visión más global del escenario”.
Su trabajo de asesoría está complementado con la docencia en la Universidad de Clarkson, cuya Escuela de Posgrado está ubicada a 15 minutos de Albany.
“Agradezco a Dios mi presente y todo lo que logré, pero debo confesar que detrás hay mucho trabajo”.
Padre de dos hijos universitarios, valora más que nunca la oportunidad de estudiar en una universidad gratuita. “La Educación Superior es muy costosa en Estados Unidos, siempre estaré agradecido de lo que recibí y estoy siempre dispuesto a devolver a mi provincia lo poco que pude aprender”.
Muy familiero, “espera agazapado” poder volver a Corrientes. La pandemia de Covid-19 cortó sus obligatorias y necesarias visitas anuales que realiza con toda su familia. En esas rondas en donde se mira para atrás para traer algún recuerdo, el doctor Galarza dice que recurrentemente surge el mismo pensamiento, “fallar o tener éxito es la misma cosa, está sujeto a la visión de los demás; pero siempre vas a sentir satisfacción si lo diste todo”.