El rey está desnudo
El rey está desnudo es una famosa frase del cuento “El traje nuevo del emperador” de Hans Christian Andersen.
El cuento habla de un rey que amaba la ropa y cayó en una trampa como la que se cuenta:

Una vez llegaron dos impostores: se hicieron pasar por tejedores y afirmaron saber tejer la tela más hermosa que se pueda imaginar. No sólo los colores y el dibujo eran extraordinariamente bellos, sino que la ropa que confeccionaban con esa tela tenía el extraño poder de volverse invisible para los hombres que no estaban a la altura de su oficio y para los que eran muy estúpidos.

Los estafadores fingían trabajar en las telas, que obviamente no existían, pero nadie se atrevía a denunciar la estafa en curso precisamente por ese mecanismo por el que los incapaces y los estúpidos eran los que no podían ver las telas.

El epílogo es bien conocido: el rey se viste con las ropas inexistentes y desfila desnudo por la ciudad:
Y así, el emperador abrió la procesión bajo el hermoso dosel y la gente en la calle o en la ventana dijo:
‘¡Qué maravilloso es el traje nuevo del emperador! ¡Qué espléndida cola lleva! Qué bien le sientan”.

Nadie quiso dejar claro que no podía ver nada, porque de lo contrario habría demostrado ser estúpido o no estar a la altura de su tarea.

“¡Pero si no lleva nada puesto!”, dijo un niño. “¡Señores, oigan la voz de la inocencia!”, respondió el padre, y cada uno susurró al otro lo que había dicho el niño. “¡No tiene nada que lo cubra! Hay un niño que dice que no tiene nada encima”. “¡No lleva nada encima!”, gritó por fin toda la gente. Y el emperador, se estremeció porque sabía que tenían razón, pero pensó: “Ahora debo quedarme hasta el final”. Así que se enderezó aún más orgulloso, y los chambelanes le siguieron, sosteniendo la cola de tela que no había.

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