Hay muchas inversiones en bonos para aprovechar y combinar ante el escenario electoral. Su resultado dependerá de que Argentina logre a futuro estabilidad en las cuentas públicas y un programa de desarrollo económico. Se reestructuró la deuda privada, pero la falta de acuerdo con el FMI demora la llegada de financiamiento.
El escenario económico nos muestra un mercado plagado de jugadores que desean proteger sus activos, ya sea comprando dólares billetes, bonos o plazos fijos que ajustan por inflación, o bien adquiriendo bonos que ajustan por dólar linked.
En el caso del dólar billete, está claro que el dólar MEP le saca ventajas al resto de los billetes, está muy económico en función del dólar blue o informal, no tiene restricciones en cuanto a cantidades y su operatoria no requiere de movimiento físico de billetes. Tomando los pesos depositados en los bancos, y vía una simple compra venta de bonos, se obtienen dólares depositados en la caja de ahorro de un banco.
El caso del dólar contado con liqui es un poco más complejo, es una operatoria intervenida por el Banco Central, está limitada a una determinada cantidad de billetes, y se trata de sacar dinero fuera del país. Esta intervención dio lugar a distintas variantes utilizando otros activos y reflejando una diferencia de precios importante, el mercado bautizó a estas operaciones dólar contado con liqui plus. También hay una operatoria mayorista entre empresas que se realiza a través del Segmento de Negociación Bilateral (SENEBI) que aporta otro valor del dólar distinto a los anteriores, es una operación entre una empresa que quiere girar dólares al exterior y otra que los desea ingresar al país.
Las intervenciones en estas operaciones empujaron a la suba al dólar informal o blue. Este dólar se compra y vende moviendo billetes físicos. Uno de los problemas que tiene el mercado es la falta de dinero físico, lo que hace potenciar su precio en algunas ocasiones. La brecha entre el dólar mayorista y el dólar blue ya supera el 90%, y es una invitación a arbitrar por algunos activos que se encuentren todavía cotizando a dólar oficial. Lo ideal sería desprenderse del billete una vez que supere la brecha del 100%.
Los plazos fijos que ajustan por inflación son una excelente opción, básicamente porque vencen cada 90 días y te permiten un flujo de dinero a corto plazo, si se planifican la realización de plazos fijos a 90, 120 y 150 días, para luego pasar a renovar todos a 90 días nos quedará un vencimiento mensual con una tasa de 90 días equivalente a inflación más un plus. Proyectando los niveles actuales de inflación te quedaría una tasa del 12% cada 90 días aproximadamente.
Resulta interesante las opciones de bonos ajustados por inflación, por ejemplo, el bono TX23 es un bono en pesos ajustado por inflación que vence en marzo del año 2023 y paga una tasa anual del 1,4%. Lo positivo de este bono es que cuando lo comprás pagás el 95% de su valor nominal, lo que regenera al fin del período una tasa de rentabilidad equivalente a inflación más una TIR del 4,6% anual, cuando un plazo fijo ajustado por inflación te genera una renta del 1% anual en el mejor de los casos. La gran diferencia entre el bono y el plazo fijo, es que este último se renueva y te da liquidez cada 90 días, mientras que el bono paga intereses semestrales y la inflación acumulada la capitaliza y la paga al final del período lo que le da iliquidez a la inversión, si querés salir antes del vencimiento tenés que vender el título en el mercado, y te sometés a los vaivenes del mismo.
Un bono interesante, pero a muuuuuy largo plazo, es el DICP que es el bono descuento ley argentina 2023, es un bono que cotiza a una paridad del 86,3%, ajusta por inflación y tiene una TIR del 8,6% anual. Paga renta semestral en los meses de junio y diciembre, amortización a partir de junio de 2024 en donde el pago que realiza se hace muy atractivo ya que representa aproximadamente un 9% de la inversión inicial. Bajo las condiciones actuales, la inversión es de $ 2.472,5 y recuperás el dinero invertido en pesos en 7 años. Los flujos son bajos hasta el año 2024 que es cuando opera la amortización. Este bono, con esta tasa de descuento y ajustable por inflación, podría ganarle a la evolución futura del dólar, algo que ocurrió mirando el pasado reciente.
Hay bonos que ajustan por dólar linked, por ejemplo, el T2V1 que vale $ 93,60 y vence el 30 de noviembre de 2021. Si vendés un futuro a noviembre de 2021 te pagan $ 109,60, con lo cual la potencialidad de ganancia es de 17,0% que, proyectado anual, nos daría aproximadamente un 47,4%.
Otro bono atado al dólar linked es el TV22 que vale $ 96,50 y vence en abril del 2022. Si vendés el dólar futuro a abril 2022 a $ 133,10, tenés una potencialidad de ganancia del 37,9%, que equivaldría a una tasa anual de 48,7% anual.
En ambos casos podés comprar los bonos y quedar abierto a que el mercado te devuelva un valor más alto del dólar mayorista a la fecha de vencimiento. Si tomamos esta opción, preferimos comprar el bono que vence en abril del 2022 porque consideramos altamente probable una suba del tipo de cambio por encima del valor del dólar futuro a dicha fecha.
Los bonos en dólares de la deuda argentina son una excelente opción, pero tienen pagos de capital e intereses tan bajos en los próximos años que no lucen atractivos. Por ejemplo, el Bono AL30 con vencimiento en el año 2030 vale U$S 35,93, con los pagos de amortización y renta recuperás la inversión el 9 de julio de 2026, dentro de 5 años. La tasa de retorno que paga es del 20,8% en dólares. Es tan grande la desconfianza que cuando la limosna es grande hasta el santo desconfía.
En acciones, hay una gran diversidad de empresas, pero con estas tasas de riesgo país y la baja calificación de Argentina, salvo honrosas excepciones, venimos de años de recorridos pocos satisfactorios. Creemos que cuando se entone la demanda de bonos, las acciones serán un gran negocio.
Conclusiones
- El gobierno le ha dado la espalda al mercado de capitales, si la restructuración de deuda que se realizó en septiembre del año 2020 hubiera atraído capitales, las inversiones en bonos argentinos serían un éxito. La falta de confianza y convicción en llegar a un acuerdo con el FMI empalideció los rendimientos financieros de Argentina.
- No hay dudas de que estos precios son muy bajos y que la incertidumbre electoral hará que sigan chatos por un buen tiempo. En la medida que asome un escenario positivo, estos precios saltarán como un resorte. Todo depende de la voluntad de la clase política argentina de trazar un panorama de desarrollo sustentable a largo plazo con estabilidad de las cuentas públicas.
- Mientras no tengamos consenso político, estabilidad y desarrollo económico, el mercado de capitales seguirá operando bonos que estén atados a la inflación o al dólar. Para las inversiones pequeñas, el billete seguirá siendo una oportunidad.