El paro nacional, que inició el pasado 28 de abril y que ya completa 11 días ha dejado miles de heridos en Colombia: en su mayoría civiles, como uniformados. Semana conoció el relato de varios miembros de las fuerzas armadas que resultaron heridos, y uno de ellos muerto, tras enfrentarse con una turba de manifestantes en algunas ciudades de Colombia.
En la vía que conecta a Cali con Yumbo, en el departamento vallecaucano, el patrullero Ángel Padilla recibió 27 puñaladas y le contó al medio que cuando los marchantes se percataron de que él es miembro de la Policía Nacional se abalanzaron contra él con navajas, golpes y ladrillos para intentar acabar con su vida.
“Nosotros escogimos esta profesión y somos conscientes de que uno puede ser herido en combate. Pero no imaginé jamás que la misma ciudadanía por la que velamos intentara quitarle la vida a uno”, dice el joven, quien ya se encuentra recuperándose en la Clínica de Sanidad de la Policía, mientras enfrenta una anemia severa por la cantidad de sangre que perdió.
Otro suceso que también conmocionó al país fue el asesinato de Jesús Alberto Solano, capitán de la Sijín, quien murió cuando fue apuñalado el pasado 28 de abril en Soacha, mientras trataba de prevenir un saqueo durante los desmanes del paro nacional. Su madre, la señora Ana Beltrán, lamentó la pérdida de su hijo y dijo que él era su “tesoro”.
La esposa del intendente José Luis Rodríguez, quien recibió un disparo en un ojo izquierdo y estuvo al borde de la muerte, habló con la Revista Semana. Dijo sentirse desesperada cuando se enteró de la noticia y que su pequeña hija de 11 años decía “¿por qué dicen que los policías son asesinos? Mi papá no es asesino”