El líder de Corea del Norte, Kim Jong-un, reconoció formalmente que el país enfrenta escasez alimentaria.
Durante una reunión de altos funcionarios, Kim dijo que “la situación alimentaria del pueblo se está volviendo tensa”.
Señaló que el sector agrícola no había cumplido con sus metas de producción de grano debido a los tifones del año pasado que causaron inundaciones.
Se informa que los precios de los alimentos se han disparado, con el medio NK News reportando que un kilo de bananos vale US$45.
Corea del Norte ha cerrado sus fronteras para controlar la propagación de covid-19.
El líder autoritario del país comunista abordó la situación alimentaria durante una reunión plenaria del Comité Central del Partido de los Trabajadores, que empezó esta semana en la capital Pyongyang.
En la reunión, Kim declaró que la producción nacional industrial había crecido solo una cuarta parte, comparada al mismo período el año pasado.
Se espera que en el evento los funcionarios discutan las relaciones con Estados Unidos y Corea del Sur pero todavía no se han dado detalles al respecto.
En abril, Kim Jong-un hizo un inusual reconocimiento sobre las adversidades que se avecinan, instando a los funcionarios a que “lleven a cabo otra, más difícil “Ardua Marcha” para mitigar las dificultades de nuestro pueblo, aunque sea un poco”.
La Ardua Marcha es un término utilizado por funcionarios norcoreano para referirse a las dificultades que tuvo el país con la hambruna, en la década de los 1990, cuando el colapso de la Unión Soviética dejó a Corea del Norte sin asistencia crucial.
Se desconoce el número total de norcoreanos que murieron de hambre en ese entonces, pero se estima que rondaron los 3 millones.