martes, marzo 19, 2024

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Mamá de Úrsula: “Abrazada al cajón de mi hija, le prometí justicia”

Patricia Nasutti nunca imaginó ser protagonista de semejante pesadilla. Úrsula, la hija soñada, buscada y deseada, por la que hizo infinidad de tratamientos médicos durante diez años para quedar embarazada, ya no está. Esa jovencita que el 26 de febrero hubiese cumplido 19 años, había terminado el secundario, estudiaba Psicopedagogía y se iba a anotar para ser maestra el día después que el policía Matías Martínez cumpliera su promesa de arrebatarle la vida.

“Abrazada al cajón de mi hija, le prometí justicia”, dice Patricia, en un extenso diálogo con LA VERDAD, en la que contó el antes y el después de este femicidio que sacudió no sólo a Rojas, donde ocurrió, sino a todo el país, y le arrebató su “tesoro más preciado”.

No obstante lo vivido, Patricia se mantiene firme y de pie para recorrer el camino que falta y ver entre las rejas, para siempre, al policía que le dio quince puñaladas a su hija. Y para que se cumpla este objetivo, pide a todos: que no destrocen patrulleros, ni pinten paredes de edificios públicos o hagan marcha a los Tribunales que puedan impedir el trabajo de fiscales, jueces y abogados que deben ponerle fin a esta trágica historia.

Ayer a la mañana, junto a su esposo y padre de Úrsula, Patricia estuvo en Junín para entrevistarse con autoridades judiciales y sus abogados que actuarán en nombre del “particular damnificado”, para seguir de cerca el proceso judicial “que ya tiene mucha cantidad de información”.

“Abrazada al cajón, le prometí a ella justicia. Sabemos que hay tres: la divina, la de la sociedad y la que actuará en Tribunales. Como católicos que somos, como familia y como papás, les pedimos a todos que no hagan manifestaciones en los Tribunales de Junín, sino que los dejen trabajar y todos concurran tranquilos para seguir la causa, presentar denuncias”, señaló.

“Pedimos a la gente que no rompan vidrieras, que no rompan autos ni patrulleros, que no prendan fuego y no vayan al Poder Judicial a entorpecer a los fiscales”, dijo Patricia.

POR LA JUSTICIA

La mamá de la jovencita asesinada en Rojas aclaró: “Yo apunto a la cadena perpetua, con la carátula por femicidio, y este objetivo es lo que me seguirá manteniendo de pie, como un roble, para ver llegar a un juicio oral, tenerlo cara a cara y presenciar cómo la Justicia lo va a condenar”.

LA BÚSQUEDA

Mientras tranquilizaba a la perrita que también extraña a Úrsula y se hace oír, Patricia contó cómo fue que su hija no llegaba y las alertas se encendieron.

“Siempre comemos a las 21, así que alrededor de las 20.20 le mandé un mensaje y me contestó: ‘Oki, mami, ya voy”. Ella nunca se atrasaba, pero a las 21.07 no había llegado a casa, y yo esperaba que me tocara bocina para abrirle el portón”.

Los hechos continuaron así: “A las 21.20 la empecé a llamar, ya preocupada porque esa misma tarde había denunciado a este asesino que no la dejaba en paz, y ya había pasado que le había tirado el auto encima y Úrsula fue a parar a un zanjón lleno de barro, además de romper todas las perimetrales”.

“Cuando después de varios llamados no me respondía, me di cuenta que podía estar en peligro. Me comuniqué con la Comisaría de la Mujer, me dijeron que ella no había ido y entonces les pedí que pongan en marcha todos los patrulleros. Yo en mi moto me metí en contramano y empecé a buscarla gritando, mi esposo por otro lado y también varios amigos”.

“Cuando llegué a la Comisaría de la Mujer, se empezaron a mostrar el teléfono una con otra, no me decían nada y me agarró una crisis de nervios. Por eso me subieron a un automóvil particular y me llevaron a la Comisaría de Alem y Paso de Rojas, todos empezaron a secretear mientras yo suplicaba qué había pasado con mi hija”.

“Todos me miraban, veían sus celulares y nadie me decía. Cuando llegó mi esposo y vio el cuadro, le pegó a un vidrio por el que se lastimó y le dieron nueve puntos. Llamaron la ambulancia, con la médica que se llama Celeste: me arrodillé y le pedí por favor que me dijera dónde estaba mi hija, si la tenía internada, con respirador, en el Hospital… Y ella también se arrodilló, mirando a las psicólogas, y preguntó: ‘¿No le dijeron que Úrsula no está?’. Y yo pregunté: ‘¿Cómo no está?’. Y la médica me contestó: ‘Úrsula no está más’”.

“Ahí me quebré, me desgarré, me dio un ataque de locura y entonces un policía varón me puso esposas, que me dejó marcas, me pegaron patadas y con la rodilla del lado derecho para hacerme caer. Yo gritaba que no lo hicieran, que me devolvieran a mi hija, mientras también una policía mujer también me golpeaba. Me saqué la mano izquierda de la esposa, y cuando la gente vio esto, se levantó y por eso rompieron todo. No son personas conocidas ni amigas de Úrsula, no sabemos quiénes son, como tampoco los que pintaron el municipio de Rojas que no son de acá”.

EL LUGAR DEL HECHO

Patricia siguió recordando el día más triste de su vida. Después de las agresiones sufridas en la Comisarìa, “nos prometieron llevarnos al lugar de los hechos pero nunca lo hicieron, y a Úrsula la trasladaron a la morgue”.

“Después estuvimos con el fiscal Terrón, que nos atendió en forma muy humana, vino a Rojas, estuvimos en Junín también con él y queremos que lo dejen trabajar”, agregó la mamá.

EL ASESINATO

La mamá de Úrsula también narró cómo fueron los últimos minutos de vida de su hija, perseguida por este policía que la acosaba y le había prometido muerte. “Le clavó un cuchillo por la espalda, después le cortó un dedo donde tenía un anillo regalo de un familiar con sus iniciales UB, que estoy pidiendo que me devuelvan”.

“Abrazada con mi hija en el cajón y besándole las manos, y las 13 puñaladas restantes que le dio y la degolló, suplico que nadie entorpezca la investigación que están haciendo los fiscales y profesionales”, pidió finalmente Patricia.

HIJA ÚNICA

“El 26 de febrero Úrsula iba a cumplir sus 19 años. Nosotros hace 29 que estamos casados, y ella fue una nena muy deseada, buscada, porque hicimos muchos tratamientos para traerla al mundo”, recuerda Patricia.

“No fumaba, no tomaba, no se drogaba, la conocían por todos lados”, dice de su hija. “Sin llevarse materias, terminó el secundario en el 2019, y desde el año pasado estaba estudiando Psicopedagogía. El femicidio fue el día 8 y tenía todos los papeles listos para presentar el 9 e iniciar la carrera de maestra en Rojas”.

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